Hay tantas referencias que pueden servirte para dibujar hoy
en día que la mente ya no procesa igual las cosas por la gran saturación visual
que nos ofrece el internet.
Esto lo digo porque he visto poco material original en las
comunidades donde participo, de chicas y chicos que les gusta el dibujo,
tristemente veo que solo copian, no se atreven a hacer un personaje o un dibujo
salido de su imaginación, digo nada es totalmente original, no vas a descubrir
el hilo negro y siempre tendrás una influencia o muchas en tu trabajo que servirán
como inspiración para el mismo, pero tu idea será solo tuya desarrollada a partir de muchas cosas.
Esto lo comento porque en la pieza que les muestro el día de
hoy me han dicho que si es la mole o que es, bueno señores mi inspiración y la
idea viene de principios del siglo XX y más bien a finales del XIX, esto porque
la novela de Julio Verne “De la Tierra a la Luna” fue escrita en 1865, pero la
inspiración visual viene de la película basada en la novela, filmada el 1902
donde está plasmada la llegada a la luna como una luna con cara de queso crema
con un ojo “picado” por el cohete en el que llegan los humanos.
Como pueden ver es una versión de esa cara pero con mi idea
para representarla, dibujé una luna con rostro de piedra asomándose entre la
clásica luna azul románticamente mencionada en tantas ocasiones, la diferencia
la hice porque recordé la frase “la cara oculta de la luna” así que imaginé una
luna que ocultara su verdadero rostro entre los cráteres y el polvo que vemos
normalmente en los videos, fotos y
películas.
Comencé trazando el rostro, quería un rostro duro y rudo,
pero sin llegar a lo agresivo, así que dibujé varios rasgos hasta que quedó
como yo quería, ya con el trazo a lápiz continué con los detalles del resto de
la luna sobre todo los del rostro, que como ven quedó como el de un ídolo de
oro, al final dejé los cráteres solo señalados con lápiz para definirlos bien
al final con el color.
Cuando me disponía a ponerle color me cuestioné si ponerle
un fondo a la luna, el espacio o un cielo de noche, pero lo dejé al final y
solo trace algunos rectángulos detrás de la luna. Los sharpies serían mis
aliados para rellenar las zonas más extensas, así que como quería respetar el
mito de la luna de queso pero a la vez no quería el estereotipo porque lo que
deseaba era tener un rostro de piedra, el color para esto era el amarillo,
entonces el amarillo y el azul serían mis colores intermedios, el amarillo para
el rostro y el azul para el rededor.
Ya con esto hecho con los prismacolor comencé a poner luces
y sombras, pero al final si se veía muy poco definido el craquelado de la cara
por lo que utilicé un estilógrafo desechable de 0.3 para delinear las piedras
que hacían el rostro, y también delinee el resto del dibujo, así fui dando más
textura y definición a la luna.
Al final ya con una pluma blanca le di las luces más fuertes
y decidí ponerla en el espacio, por lo que en los rectángulos del fondo los
rellené de negro y con lápices de colores les dibujé él indicio de algunas
nubes intergalácticas y galaxias lejanas así como algunas estrellas.
Espero les guste este concepto que salió de una referencia
no del internet sino de algo que vi y me gustó y que hice mi versión.
Déjenme sus opiniones
y nos leemos pronto.
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